Eche un vistazo a las fotos de los numerosos voluntarios que trabajaron para garantizar el buen desarrollo de l’Asamblea General. Al final de la página encontrará información sobre sus servicios y algunos testimonios.
EN TODO AMAR Y SERVIR
Podemos dar gracias por quienes quisieron buscar y encontrar a Dios en todas las cosas no solo durante la Asamblea sino también después. ¿Qué ideas podemos sacar de la revisión de los servicios que hemos prestado? ¿Cómo puede inspirarnos a cada uno de nosotros para “amar y servir” según nuestra vocación? Aquí dejamos algunos testimonios a la luz del principio de San Ignacio de Loyola: “Buscar y encontrar a Dios en todas las cosas, aprender a amar y servir a Dios en todas las cosas”. Esta gracia la pide el ejercitante al final de los Ejercicios Espirituales y guía los frutos de la Asamblea.
Buscar a Dios en todas las cosas es lo que hicieron los doscientos delegados y los ciento ochenta voluntarios, así como todos los participantes en la Jornada de Puertas Abiertas y todos los que, alrededor mundo, estaban atentos a lo que ocurría en Amiens. Todas estas personas acogieron y fueron acogidas. Aceptaron desplazarse, literal y figuradamente.
Así pues, el amor y el servicio nunca se consiguen solos. Para muchas personas este compromiso comenzó mucho antes de la propia Asamblea, en particular para el equipo organizador de Phileas y los delegados. Los delegados experimentaron esto de primera mano, a través de momentos de compartir en pequeños grupos elegidos para representar la diversidad de la comunidad mundial, para reflexionar juntos sobre cómo la CVX puede escuchar mejor los gritos del mundo de mañana.
Los voluntarios también tuvieron esta experiencia de “hacer cosas juntos”, trabajando en equipo (traducción e interpretación, liturgia, clown, comunicación, convivencia, decoración, acogida, salud, etc.), con voluntarios de todas las procedencias, que vinieron a vivir juntos la experiencia de servir a la Asamblea. He aquí dos testimonios en vídeo tomados durante la Asamblea (entrevistas en tres idiomas).
- Daniel y Massiel, dos delegados cubanos que hablaron de la alegría que supone para la CVX en Cuba acompañar espiritualmente a personas que se convierten a su vez en guías para otros (hacer clic aquí).
- Gisèle, canadiense, intérprete voluntaria en la Asamblea que no conocía la CVX nos habla de la esperanza que ha encontrado aquí (hacer clic aquí).
Mediante la realización de tareas concretas también fue posible experimentar la dimensión internacional y universal de la CVX.
El primer día, me encomendaron una tarea muy difícil: había que clasificar todas las banderas que había por continentes/regiones y luego colgarlas (ya que decoraban el patio donde se celebraban todas las misas). Buscábamos las banderas con nuestros teléfonos… Casi nos confundimos entre Irlanda y Costa de Marfil pensando que había dos banderas repetidas. Un pequeño consejo: ¡fijaos bien en los colores de estas dos banderas! Fue un gran recordatorio del impresionante número de países presentes…. (Pascale)
Cada Eucaristía terminaba con la canción En todo Amar y servir, y a medida que pasaban los días, las voces se hacían más claras y armoniosas (para escuchar una versión orquestada por músicos chilenos, hacer clic aquí). Delegados y voluntarios compartieron las celebraciones eucarísticas y las comidas con el mismo corazón, proporcionando alegres momentos de intercambio en todos los idiomas.
Los voluntarios también tuvieron la oportunidad de participar en sesiones especiales de oración, para ayudarles a vivir su compromiso de manera espiritual. Estuvieron acompañados por Christine, miembro del equipo de Phileas (para escuchar la entrevista en audio en francés, hacer clic aquí).
A continuación, algunas reflexiones de los voluntarios sobre lo que han aprendido de la Asamblea. Lo que desean presenciar mañana puede inspirar a todos, a su manera:
- Me gustaría dar testimonio de la buena voluntad entre todos, a pesar de las dificultades encontradas tanto por los delegados como entre todos lo voluntarios. Espero que podamos demostrar que el nivel internacional, nacional, etc. no es una opción al pertenecer a la CVX, sino una verdadera riqueza de la que todos podemos recoger los frutos. Claire
- Me gustaría dar testimonio de que el idioma no es un impedimento cuando el corazón está abierto. Nathalie
- Siento una gran alegría y un mayor impulso para estar más anclada en Cristo y disponible para servirle como Él quiere, con los demás. ¿Cómo? ¡Empezarlo a vivirlo yo misma! Agnès
- Quiero dar testimonio de que la unidad es posible entre personas de pueblos y culturas diferentes, gracias a una voluntad común y a una fe compartida que trasciende todas nuestras pobrezas y limitaciones. Véronique
- Me gustaría dar testimonio de la alegría del servicio. Las sonrisas en los rostros de los delegados, de los voluntarios, de todos. Los encuentros que me evangelizaron, en particular uno con un delegado africano. El sentimiento de la presencia de Dios que nos sostiene, gracias a los momentos de oración y al ambiente general de la asamblea. La seriedad y determinación de todos los implicados (voluntarios, empleados y delegados). El caluroso agradecimiento que recibimos. Sylvie
Aunque ahora todo el mundo ya esté en sus casas el lema “en todo amar y servir” sigue tras el fin de la Asamblea. Los primeros signos de esta experiencia ignaciana se verán en las comunidades locales. Las transformaciones se vivirán también en el día a día: una manera distinta de trabajar, de escuchar a los familiares, de mirar a los desconocidos, de superar las adversidades o de acompañar a los que sufren a nuestro alrededor. Porque amar y servir son inseparables. Que esta Asamblea nos dé la inspiración para encontrar a DIos en todas las cosas, allá donde hayamos sido enviados.