Entrada en la Asamblea: “El Resucitado es el Amigo que va delante de nosotros”.
La Asamblea se abrió con una Eucaristía en el patio empapado por la lluvia. Fue una oportunidad para redescubrir al Amigo que nos precede, para responder a su invitación. Un canto suave atrajo a los participantes, que poco a poco se fueron acomodando. El primer viaje ha terminado. Por fin, todos están juntos de nuevo, y se abre el tiempo para el que han venido. Tímidamente, luego cada vez con más firmeza, la voz del grupo resuena en un canto muy difícil de decir y cantar en el mundo de hoy. Con todo, una cierta dulzura se instala, una cierta curiosidad, que poco a poco se convierte en sed de Dios.
« Que rien ne te trouble, que rien ne t’effraie, qui a Dieu ne manque de rien. Nada te turbe, nada te espante, quien a Dios tiene nada le falta. Nothing troubles you, nothing scares you, who God has nothing is missing ».
El asistente nacional de CVX-Francia presidió la Misa de obertura, animándonos a “abrir caminos de esperanza tras las huellas del Señor Resucitado”. A lo largo de la Misa se escribe, se habla y se escucha en varios idiomas a cevequianos muy diferentes, pero unidos por una fe profunda, personal y común. ¿Cómo creer en semejante milagro? No es necesario plantearse esta pregunta, basta con dejarse llevar: “Que nada te turbe, que nada te asuste, a quien tiene a Dios nada le falta…”.
La acogida de las comunidades cuyos delegados no pudieron asistir en persona fue un momento especial: las distintas banderas se presentaron como ofrendas y se unieron a la oración. Los textos del día se proclamaron en varias lenguas inesperadas, abriendo nuevos horizontes. Hong Kong y Kenia, Taizé, “Ubi Caritas, Deus ibi est”. La letanía de los santos de todos los continentes nos embarca: Nuestra Señora de Guadalupe, Nuestra Señora de Chiquinquirá, San Pedro Calungsod, San Makario. Rueguen por nosotros. El Señor Resucitado es el amigo que va delante de nosotros, y eso es una bendición.