Sébastien Diquelou,
chef-cuisinier au lycée La Providence
¡La Asamblea Mundial es concreta!
Cerca de ciento cincuenta miembros de la CVX se comprometen en la dinámica de la Asamblea, antes, durante y en os días que siguen a ésta. Son servicios concretos que los compañeros prestan con gusto. Entre los voluntarios están los que mueven las mesas y las sillas, los que hacen todo lo posible para que el sonido funcione a pesar de la lluvia matinal, los que se aseguran de que la traducción de una u otra palabra sea consensuada para que el sentido esencial no se diluya por simples aproximaciones de cortesía.
Están los que acogen todas las preguntas en el “punto de información” y mueven cielo y tierra para encontrar la respuesta, están los que cantan y los que hacen vibrar su violonchelo, los artífices de la aplicación (la App) y de la página web dedicadas a la Asamblea, y todos los que no se ven pero que trabajan en silencio por la mañana, e incluso hasta altas horas de la noche. Un ramo de flores aparece sobre una mesa, una sala se transforma, se iluminan diaporamas trilingües, y en los más pequeños gestos, intercambios en varios idiomas, risas, o incluso algunas preocupaciones y rasgos de cansancio. Las elecciones concretas están siempre pensando en los delegados y delagadas.
En este baile improvisado que poco a poco va encontrando su ritmo, los pasos de los cocineros ocupan un lugar esencial: el equipo de profesionales del catering no son voluntarios ni conocen la CVX. Tienen que servir casi cuatrocientas comidas tres veces al día. Sébastien es el jefe de cocina, y se ofreció voluntario para trabajar durante las dos semanas de agosto. Le gusta que su trabajo implique al mayor número de personas posible. Desde que es anfitrión de la Asamblea, ha accedido a responder a nuestras preguntas, algo que le sorprende un poco y de lo que se ríe: “Ah, la barrera del idioma, eso no te lo esperas, pero es curioso porque nos comunicamos fácilmente mediante gestos, y siempre hay alguien que traduce si es necesario. La gente es mayor que nuestros alumnos habituales, es tranquila y respetuosa. Adaptamos nuestros menús, por supuesto, y nos aseguramos de sustituir la harina de trigo de las salsas por otros ingredientes para que las personas con intolerancia al gluten puedan comer bien. También ofrecemos queso y embutidos por la mañana. No sé por qué os reunís, y tampoco soy católico. Pero me alegra saber que estáis contentos de comer lo que os prepara nuestro equipo. Sébastien vuelve a su cocina con una sonrisa.